Botellín en mano
Soy lo que me rodea. Me nutro con lo que pruebo, pero también con lo que huelo, veo, escucho y siento. Soy el resultado de los momentos que vivo y de las decisiones que se toman a mi alrededor. Solo soy un efecto colateral de lo que sucede. Eso sí, cambiante. El contexto se transforma continuamente y yo también lo hago. No tengo poder para intervenir sobre qué ocurre, pero sí puedo dar mi particular visión sobre ello. Somos historias. Todo lo es. Detrás de cualquier persona u objeto hay miles de cuentos por contar. Me dejo llevar por las historias que hay en una obra audiovisual o literaria de tal forma que a partir de ellas, y sin que yo sea consciente, imagino otras. La música, el paisaje y las personas aportan vivencias que producen sensaciones. Un poco de desconexión y ejercicio basta para que mi cerebro transforme esas emociones en ficción.